¿Recuerdas las clases de química en el colegio? Cuando nos explicaban los estados de la materia, aprendíamos que existen tres: sólido, líquido y gaseoso. Normalmente no se puede pasar de estado sólido a gaseoso directamente, sino que es necesario para pasar por el estado líquido. Por ejemplo, no podemos convertir hielo en vapor, sino que primero el hielo se derrite convirtiéndose en agua, y posteriormente, con el calor, se evapora.
Peeeerroooo existe un proceso por el cual el estado sólido pasa a estado gaseoso sin pasar por el estado líquido. A esto es a lo que llamamos sublimación.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la estampación?
Entre las distintas técnicas de estampación que existen, seguro que has oído hablar de la sublimación, y ahora no entiendes muy bien qué tiene que ver todo eso de la química con esto.
En el proceso de estampación por sublimación la tinta pasa directamente del estado sólido al estado gaseoso, lo que permite que penetre en el material que estampamos de manera permanente.
Siempre utilizo esta técnica cuando busco una gran calidad de las imágenes, cosa que no siempre puedo lograr con otras técnicas como la serigrafía. La sublimación me permite obtener colores vivos que se mantienen incluso después de muchos lavados.
Además, esta técnica te permite crear regalos personalizados de una manera muy sencilla, ya que podemos plasmar todo tipo de imágenes sobre el soporte que elijamos. Y además, con una enorme calidad gráfica.
De hecho, si estás pensando en iniciar un negocio de regalos personalizados, la sublimación es sin duda la técnica por la que deberías empezar, ya que es muy sencilla de aprender y da unos resultados fantásticos.